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Buenos Aires
Dónde hay un hueco para mí,
un lugar donde soltar los huesos
mis dolores intensos
mis nervios mi tensión destrozada.
Dónde el espacio en que desplegar las alas.
Escéptico, aburrido, mundo compungido
dónde con mi sangre hacer un nido:
Para alimentar las almas de los hombres
para desnudar al fin mi cara blanca
para olvidarme de ser y no ser nada
y llegar caminando, allí donde se acaba.
Alegría
Dónde hay un hueco para mí,
un lugar donde soltar los huesos
mis dolores intensos
mis nervios mi tensión destrozada.
Dónde el espacio en que desplegar las alas.
Escéptico, aburrido, mundo compungido
dónde con mi sangre hacer un nido:
Para alimentar las almas de los hombres
para desnudar al fin mi cara blanca
para olvidarme de ser y no ser nada
y llegar caminando, allí donde se acaba.
Alegría
Ese lugar está solamente dentro nuestro, allí donde nos recreamos cada día para que la sonrisa interior alimente las horas con nuevas inquietudes.
ResponderEliminarCuando tenemos o creemos tener alguien, fuera, que nos acompañe, entonces, además, brillamos.
Tú eres siempre tú. Como te ve tu papá -que no irá contigo porque necesariamente habita la casa del pasado- eres maravillosa y única. Muchos te sienten así, pero no lo adviertes: no has encontrado la llave de la reciprocidad. Tal vez no llegó a pasar -aún- ante tu vista, tal vez tus ojos parpadearon en ese instante, pero eso no impide que el espacio para desplegar las alas y el infinito en que pueden agitarse sin limitaciones siga estando disponible.
Te quiero.