El Adios

2001, Madrid

Se dicen adiós
sin duda.
Los ojos no lo creen,
se beben de un sorbo
la animación desatada;
y dejan la luz para después.
Se despiden
Definitivamente
pero las manos no lo saben;
así que se acarician suavemente
y reservan la fuerza para mas tarde.
Han dado la vuelta:
los labios, que ni siquiera se rozaron,  (cambio desde "que tan solo se rozaron", 24/09/12)
sonríen ahora con dulzura
por el beso añorado,
el que esperan luego
y nunca llegará.

                                                                                                                                                         Alegría

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