Ingenuidad

1 de Marzo de 2001

De pronto lo supe:
no existen ya las hadas!
y parte de mi alma moría en su interior.
Quise evitar el dolor que aquello me causaba;
pero la triste noticia ya estaba confirmada:
los duendes la publican en todas las portadas
y no tiene consuelo el Ángel del Amor.
Sus mágicas aliadas
no podrán ayudarle.
Se han ido como el brillo
de una estela apagada...
Soledad le depara, desde hoy,
un paradójico destino
al que unir al mundo vino;
y se habla de la muerte y no de frágiles alas...
se fue un poco más de mí
y lo mucho que te amaba.

                                                                                                                                                        Alegría

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