La mujer sin caderas
22 de Agosto de 1999 Buenos Aires
Era mujer, le habían dicho
era mujer y el rostro se ensanchaba.
Reía con dulzura
esa mañana,
se le antojaba tonta la ternura
de aquella espuma extraña.
Se despertó en el espejo que sus ojos le daban.
Era mujer, le habían dicho
aunque por sus caderas lo olvidara;
una mujer...
ese calor entre las piernas lo insinuaba.
Alegría
Era mujer, le habían dicho
era mujer y el rostro se ensanchaba.
Reía con dulzura
esa mañana,
se le antojaba tonta la ternura
de aquella espuma extraña.
Se despertó en el espejo que sus ojos le daban.
Era mujer, le habían dicho
aunque por sus caderas lo olvidara;
una mujer...
ese calor entre las piernas lo insinuaba.
Alegría
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