Pasto para las Fieras
durante algún día de 1998 Buenos Aires
No sé a qué se debe tanto sueño/ somnolencia
acaso sea el perezoso influjo de mis pocos años,
la chisposa y decadente juventud pensante/danzante
que recuesta encima suyo
las patas peludas de una araña gigante
bajo el vaho de éste híbrido sopor transcurrirán los días, caminarán los dioses
y no verán que ha muerto la virgen delicada que cambió sus alas por membranas:
porque aquellas no le sirvieron para hacerle volar, porque estas últimas le recuerdan a un antiguo rival …
desde entonces – cambio, alas, membranas – canta melodías desapasionadas,
incontenibles trovas de improbable pureza (pegajosa tibieza),
que hacen decorosos sus recuerdos,
su fatiga insana de tanto no poder, perder, querer,
su frustrado intento de crecer
ah … si como los dioses también los hombres se dejaran engañar …
entonces ella hubiera podido con la voz envenenada llegar a algún lugar,
cubrirlo todo de su color grotesco
y evitar para siempre ese deseo funesto.
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